19 May
19May

¿Qué es la valoración de empresas y cuáles son los métodos existentes para llevarla a cabo? 

Diego A. Giudicelli Morillo

En el mundo de las finanzas corporativas es fundamental el poder calcular y aproximar de la manera más apropiada el valor real de una empresa. Esto es tan relevante pues la valoración de la empresa es una herramienta esencial para que se lleve a cabo cualquier negociación con terceros, así como también para tomar decisiones estratégicas correctas que conduzcan a la empresa hacia dónde quiere ir en términos de crecimiento en términos de generación de valor. Si bien existen múltiples métodos para realizar esta labor titánica, la selección de la herramienta correcta para llevar a cabo la misma variará en función del motivo por el cual se está realizando la valoración en primer lugar.  Sobre este factor, también hay que tomar en consideración el tiempo o momento en que se esté requiriendo la valoración (lo cual va muy de mano con el motivo o proceso por el cual esta es requerida).

Entre los principales motivos dentro de la empresa que requieren una estructuración del valor de la misma podemos destacar:

  • La liquidación de la compañía, o sea, vender todos los activos de la empresa para pagar los créditos o deudas que esta tenga y que no pueda saldar de otra manera. 
  • La compra o venta de una empresa.
  • La fusión de varias empresas.
  • Negociar con bancos, aseguradoras, fondos de inversión etc.
  • Cuando se presenta una situación de divorcio o repartición de herencia.
  • Identificar los activos tangibles e intangibles de la empresa.
  • Determinar los impuestos a pagar.
  • El construir la estrategia sobre la que trabajará la empresa para estimular aquellos sectores dentro de la misma que le permita acrecentar su valor real.

A continuación, algunos de los métodos más eficientes y utilizados internacionalmente para medir el valor real de una empresa:

1. Basándose en el valor de los activos de la empresa. A través del balance general de la empresa y partiendo de sus resultados, así como a través de la sumatoria del valor de todos los activos de esta, se puede calcular: el valor contable, el valor contable ajustado, el valor de liquidación y/o el valor de reposición. Cada uno tiene sus cálculos específicos, no obstante, es importante destacar que, en general, el principal inconveniente de este método de valoración es que los resultados obtenidos son realmente limitados. Esto se debe a que el proceso no toma en cuenta proyecciones sobre el futuro de la empresa.

2. Basando su valor en el mercado. Este tipo de valoración parte de la comparación de la empresa que se analiza con otras empresas del mercado que se asemejen a la misma.  El proceso en si se llama valoración por múltiplos comparables. En sentido general se busca valorar a la empresa a través de ratios determinados en comparación con el de las empresas comparables. El múltiplo a seleccionar va a depender de la información disponible y las características del sector del mercado en el que se encuentren las empresas.

En este método podemos enfrentarnos a dos escenarios. Uno en el que analizamos a empresas de empresas cotizadas y otro en el que no. En el primero, los múltiplos obtenidos son información muy transparente y hace que el proceso de valoración sea más fácil, por ejemplo, pudiendo multiplicar el número de acciones de una empresa por el valor de la misma en el mercado. Por otro lado, si no es así, lo mejor es realizar la comparación de los múltiplos en función de transacciones u operaciones recientes contra las de empresas que sean comparables. Dentro de los múltiplos más utilizados para valorar una empresa a través de la comparación se encuentran:

  • Valor empresa/Ventas
  • Valor empresa/EBITDA
  • Price Earning Ratio = Precio/Beneficio neto
  • Precio/Valor Contable
  • Precio/Flujo de caja

3. Finalmente, tenemos el método de descuento del flujo de cajas en el que nos basamos en la capitalización de rentas. En este método calculamos el valor de la empresa a partir de los flujos de caja que generará nuestra empresa en el futuro. Para esto se siguen los siguientes pasos:

  • Primero debemos determinar hasta qué año vamos a realizar la proyección de los resultados (definir el horizonte temporal en el que trabajaremos).
  • Luego debemos determinar los flujos de caja libre (el saldo que tendremos disponible para repartir dividendos a los accionistas o cubrir deudas).
  • Determinar la tasa de descuento, también denominada coste del capital.
  • Descontar los flujos de caja libre a la tasa de descuento determinada. 

Este método es valorado como uno de los mejores que existen pues presenta una serie de ventajas muy relevantes. Lo primero es que es realista y objetivo. En un primer lugar lo es porque se enfoca en variables que tienen un efecto directo sobre la empresa y basándose en uno de los principales objetivos de un empresario o inverso, que es el que la empresa pueda generar flujos de caja libre en el futuro.  Además, es un método muy flexible ya que nos permite realizar adaptaciones en función de distintos escenarios de crecimiento para la empresa, viendo el impacto que podría tener cada uno de estos sobre la empresa.

Quizás dentro de los aspectos ¨negativos¨ que podría tener este método es que es claramente más complicado que los otros dos métodos anteriores. Además de que se basa en estimaciones e hipótesis de crecimiento, inversiones y ventas, etc. No obstante, si el trabajo y el plan de negocio es realizado con buenos fundamentos, sin lugar a duda los beneficios compensan y superan a las desventajas.